martes, 30 de agosto de 2011

¿Por qué había soñado eso? Era muy extraño. Yo no tenía ningún ser querido en el hospital.
Me levanté y bajé a desayunar. Mi madre me miraba preocupada.
-No te dolerá, aún estás a tiempo para operarte.-me dijo mi madre sin mirarme.
-No, mamá.
-A veces no te entiendo, ¿qué quieres morirte?
Esta vez si me estaba mirando a los ojos. Levanté la mirada de mi cuenco de cereales y la miré. Me levanté de la mesa y me fui, no quería que mi madre me viese llorar.
Antes de subir las escaleras oí un suspiro y el estrépito de una cacerola al caerse.
Di un portazo al cerrar la puerta de mi habitación y me tiré en la cama. ¿Por qué tenía que ser tan dura conmigo?
Al rato alguien llamó a la habitación. Yo no dije nada, pero entró, era Sean. Se sentó a mi lado y me cogió del brazo para que me incorporase.
-¿Qué quieres?-le pregunté.
-Vamos al hospital.
-Ya le he dicho a mamá que no me voy a operar, no insistáis más.
-No es por ti, es Alicia, acaba de desmayarse y no despierta.
-¡Qué!-dije levantándome de un salto.
-Están de camino al hospital, ¿vienes o no?
-Sí.
Bajé con él a la cochera y nos montamos en su moto. Quería llegar lo más rápido posible. 
Cuando llegamos, preguntamos la habitación.
-Perdone,-dijo mi hermano.-¿me podría decir en qué habitación está Alicia Muñoz?
Mientras la mujer lo miraba yo estaba muy nerviosa, quería verla ya.
-En la 143.-contestó ella.
Un escalofrío me recorrió la espalda, ¿ese número no era el de mi sueño?